lunes, 21 de enero de 2008

El Rincón del Crítrico Literario: examen

Dado que a casi todos los blogeros les está dando por comentar libros, yo, contra todo pronóstico, también lo voy a hacer. Ante todo hay que ser originales.


El texto de mi primera crítica literaria lleva como título Today’s multiple choice exam: (a) gene duplication; (b) structural mutation; (c) co-option; (d) regulatory mutation; (e) all the above (Versión traducida no disponible, pero viene a ser algo así: Examen de elección múltiple para hoy: (a) duplicación de genes; (b) mutación estructural; (c) co-opción; (d) mutación reguladora; (e) todas las anteriores), de Todd H. Oakley, publicado en Evolution & Development (9:6, 523-524), 2007.

A pesar de que en el artículo no lo indica, Todd Oakey, de la Universidad de California-Santa Barbara, debe de ser profesor. Un título tan explícito hacia los exámenes de test no lo pondría nunca un albañil ni un barbero. Obviando que ni un albañil ni un barbero escribirían en condiciones normales un artículo sobre genética del desarrollo.

Tras este gran ejemplo de inteligencia detectivesca propia de Sherlock Holmes o Torrente, paso a hacer una crítica más profunda, ahondando en aspectos más sutiles.

El texto se lee bien, la negrita y el gran espaciado entre letras ayudan a una lectura cómoda.

Evidentemente la respuesta es la (e), que engloba todas las posibilidades. Porque no tiene sentido poner en entredicho a respetables científicos al obligarlos a elegir una respuesta de entre 5 sin saber la pregunta. Bueno, sí tiene sentido, pero es una cabronada. Además, en el dado me ha salido un 5... Yo tuve una profesora de genética que nos hacía exámenes de test... Era una cabrona. Por las respuestas falladas nos restaba puntos. Yo optaba por no contestar ninguna para sacar un aprobado raspado. Fue muy injusta. Lo lógico hubiese sido que partiendo de una nota de 5 sobre 10, las respuestas falladas restasen y las acertadas sumasen en igual cantidad. Si no respondes a nada, sacas un 5. Si fallas todas las respuestas sacas un 0, y si las aciertas todas un 10. No lo hizo así. Cabrona. Además era fea. Y tenía voz de pito. Hija de puta. Mecagüentusmuertoshijadeputamalnacidaque...

...

...

... ... (respiración profunda)

...

... Ya estoy más tranquilo.

...

Si el contenido del artículo no fuera de pago habría hecho un gran comentario, pero por culpa de la maldita sociedad liberal-capitalista que nos invade (y los profesores de genética que nos oprimen con exámenes de test), el pobre Todd Oakley no podrá disfrutar de la mejor crítica que le hayan hecho (la mía, no vayáis a creer que era otra).

4 comentarios:

Nyarlathotep, el Caos Reptante dijo...

Apreciado Lord Lowis,
A mi me encantaban los exámenes de tipo test. Evidentemente, no dan lugar a un gran desarrollo personal e intelectual pero
a) son rápidos
b) hay que escribir poco
c) algunas preguntas se pueden responder leyendo los enunciados de las otrasa
d) ninguna de los anteriores

Lord Lowis dijo...

Pues yo no opino lo mismo, dado que
a) si constan de 100 preguntas, a 1 minuto por pregunta, muy rápidos no son, y encima estresan.
b)no hay que escribir nada! basta con saber marcar cruces, con lo que el profesor no puede dar garantía de que sus alumnos sepan escribir.
c)Si el profesor es un cabrón (véase el caso de ciertas profesoras de genética), "apoyarse" en otros enunciados puede llevar a fallar muchas preguntas.
d)todas las anteriores (esto es por mantener la coherencia de la discusión).
Los exámenes de desarrollo se me daban mejor. Si no me sabía la pregunta, siempre podía enlazarla con mis amplios conocimientos literarios hacia otro tema sin que el profesor se diese cuenta. Y con una prosa correcta, aunque la respuesta no esté completa, siempre se ganan puntos.
Una vez transcribí la escena de la Montaña Solitaria de El Hobbit en un examen de geología, y por ello conseguí 1 punto de más en la nota final y una denuncia de Christopher Tolkien por plagio.

Nyarlathotep, el Caos Reptante dijo...

Apreciado Lord Lowis,
Veo que me ha pillad. No es que se me dieran bien los exámenes, pero lo cierto es que mi genio literario era tal que me sumaban puntos por la elegancia con la que distribuía las equis.

Lord Lowis dijo...

Ya ves, luego hay gentes que se dicen informáticos y sólo saben contar hasta uno (incluyendo el cero).