Karl Vernston sería un hombre de lo más normal si no fuera el primer caso de ERI (Inversión de la Respuesta Emocional), una rara enfermedad que hace que sus respuestas a determinados estados emocionales sean contrarias a lo que cabe esperar.
Es bastante curioso, y preocupante a la vez, verlo llorar desconsoladamente ante una actuación cómica, bien en el cine, en un teatro o simplemente cuando alguien cuenta un chiste. La gente no sabe cómo actuar ni qué decir, y en más de una ocasión han pensado que formaba parte del espectáculo.
Hace ya muchos años que nadie le invita a los funerales.
2 comentarios:
Seguro que los últimos en invitarlo fueron los Monthy Python...
Jones.
Pues viendo a los Morancos se debe de descojonar. Lo tendrán que contratar de público.
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