Aaaaahhhhh... Que hermosos son los peluches, sobre todo cuando vienen en esas formas tan alejadas del común osito de felpa. Todos nosotros ya hemos jugado con algún primigenio en su forma peluda y blandita (cuidadín con los alambres de las alas del Gran Cthulhu) y hemos disfrutado de lo lindo.
Tras estas representaciones de ciclópeos dioses exteriores vamos ahora al otro extremo en talla de los azotes de la humanidad. Así pues nos adentramos en el apasionante mundo de las enfermedades infecciosas, patologías comunes, parásitos chupasangre y algún que otro microorganismo exótico.
Los de Giant Microbes los tienen de todas clases y colores, desde la hermosa y abundante Escherichia coli (más conocida por E.coli o bacteria de las cagaleras múltiples y vertiginosas), hasta el Ebola, pasando por el mítico SIDA, la gonorrea (en la sección de venereas!) o ese prión que provoca el mal de las vacas locas.
Quiero destacar desde mi posición de entomólogo la emoción que me produjo deleitarme con la visión del piojo o el chinche de las camas. Más hermoso todavía hubiese sido un peluche de un pulga, o una ladilla (hermana del piojo), o tal vez la belleza del ácaro de la sarna.
Saludines y picores por todo el cuerpo para todos.
Lord Lowis (los microbios también dicen Ni)