Dado mi reiterado abandono del blog (mira que intento actualizarlo, pero siempre ocurren cosas imprevistas e importantes como jugar al ordenador, leer, escuchar música, hablar por teléfono, que impiden que le pueda dedicar tiempo), he optado por aceptar colaboradores que den vidilla a este diario mensual, a veces anual y últimamente trimestral.
A partir de hoy prestaré este espacio de la ciberesfera a un viejo, muy viejo, amigo, de todos conocido, y a su hijo (y tal vez también a su mascota, una paloma). Dado que es muy tímido y no se deja ver mucho, me enviará sus tribulaciones y las de su hijo y yo las publicaré en esta nueva sección llamada “Pensamientos de un Diseñador poco Inteligente (e hijo)”.
2 comentarios:
Bueno, pues espero que el palomo no le acabe llenando el blog de cagarrutas!
Es lo que tienen los palomos... y que están llenos de parásitos. Ayer mismo vi a uno con una sanguijuela de bufanda y una rémora enganchada a la pata.
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